Lo que se piensa cuando salen pelos en las orejas

Dos de los recuerdos visuales mas hermosos que tengo tienen que ver con la ventana de atras de los carros.
Y no me refiero a esos carros aerodinamicos modernos que cada dia parecen irla perdiendo mas, me refiero a aquellos que tienen un vidrio panoramico trasero grande, en el que incluso caben dos niños acostados, o un perro de tamaño considerable para el que ese sitio se convirtio en su lugar favorito para instalarse cuando la familia lo "Invita" a salir de paseo.
El primero ocurrio hace unos 5 años, en la Avenida Caracas en Bogota, cuando andaba detras de una de esas lanchas urbanas gringas, que parecen resistirse a morir en nuestras ciudades y pueblos. Creo que se trataba de un CHEVELLE negro modelo Sesenta y punta, en muy mal estado, en el que en su interior pude ver a un par de niños de unos 5 y 7 años absortos mirando un par de pececitos "Goldfish" que seguramente habian comprado en alguna de los acuarios que pululan por la zona.
Los llevaban en una bolsita de plastico que levantaban para dejar pasar el sol a traves de la ventana y verlos en contraluz.
Los pobres animalitos al contacto con el sol emitian unos visos espectaculares que acrecentaban la cara de estupefaccion,asombro y felicidad del par de mocositos.
El segundo sucedio hoy, cuando bajaba de mi casita campesina en La Calera.
En otra lancha del mismo estilo iban otro par de mocositos un poco mas chiquitos, pero eran un niño y su hermanita. Andaban felices haciendole caras a uno de los cientos de ciclistas que frecuentan esta via los fines de semana.
Las risas de este par de angelitos cuando se miraban el uno al otro eran indescriptibles, la felicidad que salia de sus almas era innegable y ni hablar de la actitud del ciclista que les siguio el juego gran parte del trayecto.
Son innumerables las veces que en el cine o en la publicidad vemos narradas escenas como las que acabo de describir pero el experimentarlas en vivo y en directo generan en mi una emocion embriagante. Es como ver lo hermoso de las cosas simples de la vida. Daria lo que fuera por tener otra vez la espontaneidad de esos niños, por gozar con pendejadas de estilo, por sufrir otra vez ataques de risa que no me dejen parar de reir. Le pido a la vida que no me deje morir esas cosas que son la sal de este asunto.
Es lindo mirar por la ventana de atras porque se ve lo que se dejo no lo que esta por venir.