Lo que se piensa cuando salen pelos en las orejas

Existen dos amores de tiempo atras a los que no he podido olvidar.
Se trata del Viento y del Mar.
Con el viento tuve mis coqueteos desde que era un niño, y Medellin tenia un clima distinto y delicioso al de hoy en dia, en el que a partir de las 2 o 3 de la tarde empezaba una brisita deliciosa que no se porque razon me hacia sentir tan feliz, seguramente porque coincidia con la salida del COLE al que tanto odiaba.
Algunas veces se levantaban unos remolinos de viento en el patio del colegio, que hacian elevar todos los papeles que habiamos tirado a las papeleras y era un espectaculo delicioso ver aquello.
Ni hablar de las temporadas de cometas, en las que haciamos a diario el amor con los ventarrones de Julio que como por arte de magia tambien coincidian con las vacaciones de mitad de año.
Asi me fui "encoñando" con el viento y sus ires y venires y creo que de alguna manera estructure mi vida como en especie de rachas que hoy en dia van y vienen.
Luego me di cuenta que con el viento podia juntar a mi otro amor: El Mar.
Desubri la magia del Windsurf y crei un poco erroneamente que si me dedicaba unicamente a eso iba a ser feliz.......
Lo hice, como la mayoria de cosas que he querido para darme cuenta que en realidad en la variedad esta el placer.
Tome caminos distintos, y abandone mis velas y tablas, pero sin dejar de pensar un minuto en la posibilidad de volverlas a tener en mis manos.
El tiempo fue pasando y aparecio algo todavia mas increible: Una cometa gigantesca como una especie de parapente, a la que se le pegaba una tabla de surf y se podia literalmente volar.
Pues este puente volvi a mi Lago Calima para reconciliarme con el viento y con el agua y las palabras no me alcanzan para contar lo que fue aquello.
Ahora ando con mis viejos amores de nuevo en mi cabeza todo el tiempo, Insistiendo, queriendo repetir y soñando con volver a estar juntos lo mas rapido posible.